lunes, 26 de enero de 2009

Un día inolvidable

Cuando iba en el coche de camino al hospital, pasaban muchas cosas por mi mente. Con tan sólo nueve años me enfrentaba a uno de los mayores retos de mi vida, que además se convertiría en uno de los días más felices, de esos que te cambian para siempre, pero aún no lo sabía.

En parte quería mantener mi espacio como algo intocable, pero sabía que cabía la posibilidad de perderlo todo. Ella podría ser el perfecto proyecto, el que consiguiera reemplazar 9 años de energías desperdiciadas y, si eso ocurría, desde luego yo pasaría a un segundo plano. Eso no me parecía justo, había estado toda mi vida dedicándome a establecer mi territorio.

Subiendo las escaleras del hospital, pensaba que tal vez no sería tan malo, quizás podía incluirla como parte de mi entorno, como una persona más dentro de la representación de mi vida.

Llegábamos a la habitación, el pasillo se hacía eterno para mí, en cierto modo no quería que acabara. Asomé la cabeza con miedo, ¿por qué tanto revuelo? Solo era una más, o eso creí.

Cuando por fin pude ver su cara, todo se volvió claro, no había nada que pensar, nada que organizar, fue como si alguien iniciara en mí el ajuste automático. Antes de ese momento, jamás había sentido algo así, mi mente y mi corazón estaban totalmente de acuerdo en que el centro de mi universo ya no era yo. No quería serlo, no podía serlo...


El día 18-7-1995 nació la personita más especial que he tenido la suerte de cruzarme en mi vida. Mi corazón dejó de ser mío y mi cerebro dejó de tomar mis necesidades como primarias. Cada día que la veo, que hablo con ella, que pienso en ella, que sé algo de ella, me siento más orgullosa de poder estar cerca de una persona tan increíblemente única. Por eso debo decir que el centro de mi vida no soy yo, que mi vida, mi alma y todo cuanto pueda ofrecer es para ella, para mi hermana.

4 comentarios:

Unknown dijo...

Antes me he pasado y te he dejado un comentario, pero no lo veo, solo te decía que lo que has escrito es precioso y que ojala todos los hermanos fueran como tú...

SAC dijo...

Muchas gracias Carla, la verdad es que ella me ha ayudado a sacar fuerzas de donde no las habia, solo por el hecho de querer protegerla.
La quiero muchisimo y ademas hemos pasado mucho solas por eso estamos muy unidas. Seguramente de no ser por ella no habria conseguido llegar hasta donde estoy.

mujeresipodemos dijo...

que bello¡¡¡¡que linda manera de sentir, pensar y decirlo¡¡¡al principio crei que hablabas del nacimiento de una hija...hermoso de verdad, mientras leía pensé en el momento que siempre digo ha sido el mas hermoso e indescriptible de toda mi vida y fue el momento después de la cesárea, cuando volteé a mi derecha y vi por primera vez a mi hijo...gracias por tus publicaciones

No Name dijo...

debe estar guay tener una hermana pequeña... yo sk soy la chica!jeje