jueves, 11 de febrero de 2010

....

Todo el mundo opina, todos dan su versión. Cada uno escucha lo que quiere oir, pero todos coinciden en algo... yo soy la mala.

Esta situación comienza a superarme. Por desgracia nunca he llevado bien el desprecio, la humillación y el abasallamiento, es una pena no haber nacido realmente siendo la mala, podria haber matado cada buen sentimiento que naciera en mi. Podria haber sido abasallada y hundida sin sentir nada. Me levantaria una y otra vez sin que hubiera dolor alguno, y para el fisico... un ibuprofeno de toda la vida, un vaso de leche calentita y a la cama.

Veo todo borroso, siento opresión en el pecho y ninguna gana de hablar con nadie, siento ganas de borrar mi memoria y permanecer en coma unos meses hasta poder recuperar la cordura...

La sensación de ahogo crece, disminuye, vuelve a crecer.... No se que hacer, no entiendo mis pensamientos y solo oigo una y otravez palabras de ellos dirigidas a mi... no se te ocurra, no eres nada, nunca has sido nada, no haces falta, no te atrevas a... ¿Soy un ogro? ¿estoy ciega? ¿acaso mi problema es no ver que el daño lo hago yo? ¿o realmente me estan jodiendo la vida? Unos, otros, todos, ellos... juntos, por separado, ignorancia, agresión, omisión de culpa... nada tiene sentido para mí... Debo aceptar que no puedo cambiar la opiion que tienen de mí, debo aceptar que mi propia familia no quiere saber nada más de mí... sin embargo soy estúpida, y no lo acepto...

Me tiemblan las manos, la boca, el pecho, me palpita el corazón como si una caballería entera pasara sobre mi pecho aplastándome, robándome la capacidad de mis pulmones para recoger el aire.

Oigo a los de arriba, discutiendo y armando escándalo como siempre... solo busco silencio y soledad, tranquilidad y respeto. Pero el silencio absoluto no existe, y el relativo parece que para mi tampoco. Me rodean ruidos que callan a mi mente y la hacen delirar aún más.

No entiendo como sigo escribiendo... no se como mis ojos no se cierran, no se por qué no me da por cometer alguna locura, al contrario... solo siento falta de fuerzas y desvanecimiento... fatiga y agotamiento físico... y mental.... no se quien soy... no se hacia donde mirar y tampoco en quién apoyarme, las personas que me quiren no pueden saber como me siento... no pueden saber quien fué el que hizo que me sintiera así.... siento como mi cuerpo se va sometiendo a un grado de estrés al qu ejamás había llegado, siento que mi mundo se derrumba y a la vez me veo como enterrada en vida arañando mi ataud bajo 5 metros de tierra sólida, sin aire sin fuerzas sin ganas de luchar, aterrada...

Escucho mi corazón, trato de hacerlo, pero no lo consigo, esta balbuceando cosas que no entiendo... como si estuviera totalmente incapacitado para comunicarse conmigo... mi boca cae por las comisuras siguiendo la gravedad, lo intento pero no puedo evitar que una mueca de tristeza se dibuje en mi rostro... mi boca esta triste... mis ojos estan tristes... mi corazon esta destrozado... y mi cerebro colapsado....

martes, 2 de febrero de 2010

DE NUEVO ABAJO...

Me jode... Me jode estar así de nuevo, parece como si mi vida no pudiera esperar a nacer de nuevo para repetirse una y otra vez la misma historia.

Otra vez los mismos acontecimientos pero con diferentes actores y actrices... Otra vez el dolor, la humillación, la fatiga psicológica... Todo parece indicar que aún me queda mucho más que ver, que experimentar en el amargo camino de la madurez.

Dicen algunos que madurar es aprender que todo es una mierda, abrir los ojos y ver la vida tal cual es; amarga, agria, fria, egoísta... Otros dicen que es eso unido a adquirir la capacidad de desarrollar un callo emocional, para que cada vez los problemas te hagan sufrir menos o dicho de otra manera, quizás más correcta, disminuir el tiempo de recuperación. ¿Será entonces que me resulta incapaz madurar? ¿o es que directamente me niego a eso porque sigo pensando en buscar lo positivo de cada situación, pensando, quizás inútilmente, que es posible salir de un problema y aprender algo de él que te haga ser más feliz después y no más infeliz pero resignado?

Mi vida puede resumirse en pocas palabras, juicios que no deseo y padres con poco instinto paternal... ¡Ah! no olvidemos la constante sensación de simplemente ser una puta carga económica.

Toda mi vida me he sentido únicamente valorada por disminuir gastos económicos a favor de alguno de mis padres... Es duro para mí, sentir con 23 años que hace mucho tiempo que deje de ser una hija para ser un "gasto".

Muchas veces me digo a mi misma que debo ser fuerte, no dejar que cada acontecimiento duro de mi vida me marque para siempre. No permitirme ningún trauma emocional, para no arrastrar a nadie que esté en un futuro implicado emocionalmente conmigo. Sin embargo, es absurdo. Esos acontecimientos dolorosos y prácticamente constantes de mi vida han creado, no una mella, sino una enorme brecha en mí. Una brecha emocional que jamás podré cerrar, puesto que solo tendré un padre y una madre en mi vida y ellos han decidido no formar parte de esa recuperación.

Bueno, me consuela pensar que aún no he tenido brotes psicóticos, ni otros trastornos de personalidad grave que atenten contra la integridad física de nadie. Pero es triste, sentirse continuamente insatisfecha, falta de cariño, restringida emocionalmente, sin poder actuar de forma afectiva con los que siempre desee tener a mi lado.

¿Soy feliz? Evidentemente no del todo. ¿Me siento bien? La mayor parte del tiempo sí. Aunque seguramente jamás cubriré ese vacío, todavía soy capaz de disfrutar de las cosas buenas de mi vida.

Durante mi proceso de crecimiento he dejado muchas cosas inconclusas, muchos cabos sueltos, muchas actividades no terminadas. Tengo ganas de acabar mi gran proyecto, mi carrera. Es una de mis grandes ilusiones ahora. Es solo que a veces siento que necesito esforzarme, o mejor dicho, forzarme demasiado para conseguirlo porque aún siento el dolor de la "extremidad fantasma". Es justo eso, se que he perdido algo que jamás podré recuperar, pero por extraño que parezca mi cerebro siente que aún está ahí, doliendome, afligiendo mi caracter día a día, es incapaz de asumir que ya no está...

¿Todo esto tendrá algo que ver con la necesidad constante de atención que reclamo? ¿Es quizás éste el motivo de tanta rebeldía por parte de mi cerebro? Quizás... Y probablemente sean mis ganas de seguir luchando contra esa rebeldía cerebral las que me hacen fatigarme a tan gran escala.

Aún después de todo, tras las reflexiones, los comecocos diarios nocturnos, las lágrimas prófugas derramadas en los momentos de soledad e intimidad... quiero seguir adelante. Quiero luchar por labrar mi futuro a mi manera, no quiero desperdiciar las oportunidades que tengo tan al alcance de la mano, solo necesito encontrar la manera definitiva de espabilarme para coger de nuevo el tren.

Jamás elegiré el camino fácil, nunca dejaré de luchar mientras pueda haber la más mínima posibilidad de seguir haciéndolo. Nunca pararé de intentarlo, hasta el día en que el objetivo de mi presencia en la vida se haya cumplido y no pinte nada aquí, cosa que jamás decidiré yo...

Supongo que no queda más que mirar hacia delante.