Ya quedan las secuelas, momentos pasados de una vida complicada, pero intensa.
Conforme crecemos la vida se complica, en mi caso ese tumor cerebral se ha llevado mis ganas de luchar y seguir adelante. Pero la cabezonería que tengo, y me hace seguir mejorando.
Ya poco se recuperará, pero de momento el resultado es aceptable. Llevo una vida casi normal y conservo mi autonomía, que no es poco.
Quizás lo más dañado es mi ánimo y mis fuerzas, sin embargo aún sigo luchando, al menos hasta que me den por perdida o alguien me etiquete como secuela permanente de una intervención quirúrgica. Agradezco mucho el trabajo de mi neurocirujano, quizás me hubiera gustado más realismo y sinceridad a nivel médico, pero puedo entenderlo. Algún día se lo diré si tengo la oportunidad. De momento quiero no hacer daño y llegar a lo más que pueda.
Son raros esos momentos en los que la mente se evade y comienzan las divagaciones sobre mis sueños de ser un gran médico y tener todo fresco.
Lucha constante por comprender y valerme sola, por no llorar y dejarme caer. Agradezco a mi pareja y familia cada instante y cada apoyo que me han brindado.
Un abrazo.