martes, 9 de junio de 2009

Mi crisis...

Tengo un serio problema, me he dado cuenta de que no lo he superado.

He tenido una infancia complicada, hay aspectos de mi vida en los que me considero afortunada, por ejemplo el hecho de que he mantenido un estrecho contacto con todos lo miembros de mi familia de una forma regular hasta aproximadamente los diez años. Eso me ha permitido disfrutar de algunos de mis seres queridos, personas que me han aportado valores y experiencias que quiero conservar.

Sin embargo, también he tenido la mala suerte de establecer relaciones con personas de mi entorno que no se merecen el aprecio que he llegado a tenerles.

Supongo que hasta aquí es todo casi normal...

El problema principal radica en mi núcleo familiar, es decir, mis padres. Han mantenido una tortuosa y poco típica relación y eso me ha conducido, como primogénita, a vivirlo en primera persona y sufrir la mayoría de las consecuencias.

Mis padres se casaron con 22 años y yo nací cuando tenían ambos 25. Poco después de yo cumplir los 5 años comenzaron los problemas...

He pasado por cubrir infidelidades, por encubrir ludopatías y sufrir las consecuencias de las mismas (mi padre tuvo un gran problema de ludopatía e incluso nos llevamos un buen susto por consecuencias extremas y graves que nada tienen que ver con el dinero...), he pasado por insultos, engaños, juicios, peleas...

Además de todo está el hecho de que cuando yo tenía 9 años nació mi hermana, y debido a que mi madre por esa época era una persona a la que le gustaba más la fiesta y el dinero... Quizás fué madre antes de estar preparada... Con lo cual con esa edad comencé a ejercer durante unos cinco o seis años de madre de mi hermana, intenté proporcionarle una educación buena y completa, además de preocuparme por que mantuviera una buena alimentación y no faltara a clase.

Si haceis cuentas os daréis cuenta de que a pesar de haber pasado malos momentos en la primera infancia y la niñez, mis mayores reponsabilidades en este asunto aparecieron en la adolescencia.

Una niña/mujer de 12 a 17 aproximadamente, con un gran sentimiento de vacío y soledad, en difícil situación económica, con una gran crisis existencial propia de la edad, sin apoyo paterno y apenas contacto, excepto cuando "nos tocaba" pasar el fin de semana con papá  y llevando unos estudios de ESO y Bachiller, sin apenas tiempo para relaciones de amistad fuera de horas de colegio porque yo era la que me quedaba con mi hermana cuando mi madre salía...

A todo esto debo añadir las continuas denuncias de mi padre a mi madre y viceversa que convertían mi vida en la de un cable de comunicaciones: "dile a tu padre que es un..." "dile a tu madre que es una...". Esto ocurria un día sí y otro también.

Mis únicas compañías diarias y constantes eran mi hermana y una perrita que me regalaron cuando hice la comunión y que estuvo conmigo hasta 2006. Que por cierto me proporcionó mucha compañía, cariño y seguridad, sobre todo cuando mi madre decidía irse a pasar un fin de semana que nos "tocaba" con ella fuera de la ciudad y encima no podía decirle a nadie que nos quedabamos solas, para que mi padre no reclamara la custodia (solo por venganza, la verdad, porque mi padre no ha tenido nunca intención decriarnos él).

Un día tuve que tomar una decisión, mi hermana ( que es lo que más quiero en esta vida y siempre lo será) se estaba criando sin la atención de sus padres, sabía que solo podría hacer reaccionar a mi madre si me arriesgaba y la dejaba sola ante el peligro, es decir, si yo no estaba mi madre se tendría que hacer cargo de mi hermana necesariamente. Tenía una seguridad del 99% de que lo haría puesto que sé que ella adora a mi hermana, es su ojito derecho, pero se descuidaba porque sabia que yo estaba cuidándola.

Lo que ocurrió fué que tuvimos mi madre y yo una discusión fuerte en casa un lunes o domingo, y a pesar de todo lo que estaba yo pasando, me ignoró durante varios días incluso volteaba la cara negándome la mirada cuando nos cruzábamos por casa. Ese miércoles no sé que sentí, estaba en clase y de repente se me vino el mundo abajo, comencé a llorar de forma incontrolada, no era capaz de parar, por supuesto tuve que salir de allí. Llamé a una tía mía (a la que en ese momento creía una persona de confianza...) y le dije que si podía quedarme allí en su casa unos días. Aceptó y con todo el dolor de mi alma dejé a mi hermana en manos de mi madre. Siempre temí su reacción, pero estaba segura de que mi madre no la abandonaria, ya que mi hermana era como el proyecto perfecto para mi madre, sabia que la quería demasiado como para hacerle daño y no cuidarla.

Efectivamente no me equivoqué. mi madre reaccionó contra mí, tuvimos incluso juicio por su terquedad, para poder quedarme con mi padre teniendo ya 17 años, pero tampoco me equivoqué en que se comenzo a ocupar de mi hermana, empezó a cuidar de su hija como si de la mejor madre estuviéramos hablando...

En cambio yo renuncié a una vida al lado de la personita que más quería para irme a vivir con una mujer medio loca que era la mujer de mi padre y con un padre ausente ( camionero y mueble en su tiempo libre). Renuncié a una vida desestructurada y solitaria pero llena por la compañía de una joya de persona que es mi hermanita, por una vida de reglas estrictas con una desconocida, sin mi padre y sin mi madre a mi lado, con voces y chillidos constantes, sintiéndome de nuevo parte del servicio de la casa, antes niñera ahora criada... y no contentos con eso, una persona a la que yo adoraba y que es mi mentor en valores, mi abuelo, murió poco tiempo antes de irme de casa (supongo que fué otra de las razones que me llevaron a marcharme, un de las que me hicieron estallar) Por suerte a los pocos meses comencé la universidad y tuve que irme a vivir a otra ciudad, cercana a la mia pero en un piso aparte. Conseguí establecer cierto equilibrio entre mis padres por el bien de mi hermana, como ellos no se hablaban yo adquirí de nuevo el papel de cable de teléfono, suavizaba los mensajes y adaptaba las exigencias del uno hacia el otro...

En casa de mi padre lo único que tenía de valor era una nueva hermanita y mi querida perrita. Pero cuando estaba en segundo año de carrera ocurrió lo que definitivamente me ha desestabilizado, murió mi perrita. Parecerá una estupidez para algunas personas, pero era muy importante para mí, me había ayudado a sentirme segura, protegida y querida de forma incondicional y ahora no estaba. Desde ese momento mi vida a empezado a dar tumbos. He perdido la capacidad de concentración en mis estudios, y vivo en una constante crisis existencial. Ahora mismo tengo pareja, hace poco más de un año, es una gran persona, pero me asaltan dudas y miedos, me cuesta confiar ( no celos, sino en creer que yo pueda tener una relación seria y duradera), mi padre se ha desentendido de mi hermana y se le llena la boca diciendo que "la llama todos los días para saber como está". Mi madre esta mas estable, mi hermana ha tenido una infancia alejada de mi padre pero feliz, y por supuesto me ha seguido teniendo a mi. Además mantengo una relación aceptable con mi madre.

Pero aún así a día de hoy, muchas veces siento que en mi familia solo me aprecia mi hermana, siento que ninguno de mis padre ha luchado por mi, como una sensación de desarraigo u orfandad pero con tus padres vivos y presentes. Además siento que cuando no hay problemas, cuando no soy necesaria se olvidan de que existo y si hago falta vuelven a intentar estar bien conmigo...

Muchas veces he pensado que la única solución sería alejarme, marcharme lejos y obligarles a seguir adelante sin mí, que me dejen vivir mi vida a mi manera y por mi cuenta... pero no sería capaz de volver a alejarme de mi hermana, no puedo dejar mis estudios, ni a mis amigos y a mi pareja, y tengo una gran sensación de estar perdida, a la deriva y sin un rumbo fijo a pesar de tener claro que mi carrera la voy a terminar y me dedicaré a trabajar en eso...

Gracias por leerlo y perdón por el ladrillazo que os acabo de meter con esta lectura. Supongo que ahora si podéis entender el título de mi blog...

3 comentarios:

Unknown dijo...

Joder, como te entiendo, mi padre era alcoholico, así que no hace falta que te diga nada más, además yo era la pequeña y me comí todo el marrón, porque mis hermanas en cuanto pudieron se largaron y me dejaron sola, y a veces sentía verdadero pánico...Pero sabes lo que te digo, que vivas tu vida, no la de los demás,nadie se va a morir porque tú no estes en los momentos malos, así que se arreglen ellos con sus problemas...que no son los tuyos. Se aprovechan de tí, porque saben que siempre estas ahí, no seas tonta...VIVE!!!!!, disfruta de tu pareja y olvida el pasado, no todas las personas son iguales.
Yo siempre he tenido perros, sientes su perdida como nadie lo puede entender y si con tu perrita te sentias bien, puedes tener otra, son lo mejor y nunca te traicionan. Te lo repito: No seas tonta, VIVE TU VIDA, no te encierres en ti misma por culpa de los demás...no vale la pena. Y te lo digo yo que de eso sé un "puñao". Muchos besos.

SAC dijo...

muchisimas gracias por el comentario, eso es lo que haré ponerme en mi sitio, no quiero que mi juventud pase entre dudas y problemas por culap de ellos.

Gracias de verdad

Cristinaa dijo...

Y yo luego me quejo...
Mi historia prefiero no contarla por aqui que todos pueden verla.. pero si miras en mi blog (especialmente la penúltima y última entrada, te imaginarás de qué hablo)
Yo, en cambio, soy la pequeña y mi hermana siempre ha estado ahí para todo. Ella sigue viniendo a casa por mí, de aquí a dos años llegaré a la universidad y lo más probable es que no tarde mucho en separme de todo esto...
Sé lo que es escuchar insultos día a día, miradas de odio, y que te puteen hasta más no poder; y aquí estoy tragando día a día... todo sea por los estudios y mi madre.

Por cierto, yo tb tengo perros, 2. Tienen 10 y 9 años y soñaría con que ningún día se vayann!!

Un beso, y seguiré por tu blog ^^